Los seres humanos nos sentimos cómodos formando parte de grupos e identificándonos con ideas, alineándonos en bandos. Esto también se refleja en la medicina actual. Desde que inicié mis estudios en la facultad en el año 2000, en ocasiones he visto el recelo con el que desde la formación convencional se mira a las llamadas terapias alternativas. Más tarde observé también recelo hacia la medicina convencional por parte de defensores de la medicina natural. A veces cuando acudo a charlas o seminarios creo que por momentos sólo hablan conflictos ideológicos estructurados en patrones mentales.
Durante mi experiencia profesional he visto numerosos casos solucionados con uno u otro de los dos tipos de medicina y, quizás lo más importante, fue la combinación de ambas la que resultó efectiva en otras ocasiones.
¿Por qué rechazar una u otra, si todas pueden ayudar?
Pues mi respuesta es; por creencias que las personas desarrollamos y que nos impiden ver y entender ciertos aspectos clínicos.
Creo que las personas que evolucionan son las que aceptan lo actual y están abiertas a lo que en teoría parece irracional. Los grandes descubrimientos y avances de la ciencia fueron producidos por seres humanos que abrieron su mente y dejaron que entrara lo nuevo porque lo viejo los limitaba. Creer es bueno pero solo creer en que solo existe lo que tú crees es un estancamiento evolutivo.
Entonces… ¿Cuál es la mejor medicina?
Pues la respuesta es la que cura y la curación puede llegar por muchos caminos. Un animal o una persona pueden equilibrarse con tratamiento homeopático, esencias florales, un antibiótico, reiki, ozonoterapia, simplemente mejorando su dieta, un cambio de sentir y en muchas ocasiones haciendo una combinación de varios.
Lo que yo quiero plantear es que todo puede ser válido si se hace con sentido. No debemos permitir que nuestros patrones mentales nos impidan entender el sentir de una persona o un animal durante su curación. La confianza en el tratamiento es una energía de equilibrio que no podemos desaprovechar y que debemos sumar a la nuestra propia. Hace una semanas en una ponencia dada por el neurólogo Javier Aizpiri, nos comentaba los resultados de un estudio sobre personas con depresión. En este estudio se reflejaba que el 42 % de las personas mejoran por el efecto placebo, y solo un 9% más con el tratamiento convencional. Este y otros estudios como el ya famoso llevado a cabo en la Facultad Médica de Baylor publicado en 2002 en la revista New England Journal of Medicine *( Moseley, 2002).En el cual los pacientes con dolor crónico de rodilla que se les simulaba una cirugía y pensaban que habían sido operados cuando en realidad los habían dormido y simplemente hecho dos incisiones , mejoraban en índices de dolor y movilidad articular como los que realmente fueran intervenidos . Demuestran una vez más la capacidad natural que los seres humanos tenemos para el equilibrio cuando nos comprometemos con un plan de curación. La confianza en este plan es fundamental.
En muchas ocasiones me encuentro con personas que ya han asumido que su enfermedad o la de su animal son incurables. Hubo un día en el que se creyeron esto y desde ese día dejaron de buscar el equilibrio. Creo que todo proceso puede mejorar si se hace con sentido. Sugiero que el cambio de enfoque ante un problema clínico puede traer la solución; este cambio muchas veces abre un camino de aprendizaje que hace que las personas nos volvamos a motivar en nuestro plan de curación.
Por lo tanto, considero que la mejor medicina depende de la situación clínica, el criterio y la confianza del profesional, sumados a la confianza y al sentir del paciente. Es en este trabajo de equipo en donde puede surgir el tratamiento que lleve al
equilibrio hasta en situaciones a priori muy complicadas.
Javier Rocha
Coach para la Identidad y Posicionamiento Personal
Veterinario y terapeuta especializado en terapias naturales.
*A Controlled Trial of Arthroscopic Surgery for Osteoarthritis of the Knee
J. Bruce Moseley, M.D., Kimberly O’Malley, Ph.D., Nancy J. Petersen, Ph.D., Terri J. Menke, Ph.D., Baruch A. Brody, Ph.D., David H. Kuykendall, Ph.D., John C. Hollingsworth, Dr.P.H., Carol M. Ashton, M.D., M.P.H., and Nelda P. Wray, M.D., M.P.H.
N Engl J Med 2002; 347:81-88July 11, 2002DOI: 10.1056/NEJMoa013259
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